quarta-feira, 16 de junho de 2010

¿Quién es el Maestro?


Apóstol Dr. Rony Chaves

Juan 16:7,8, 12-15
En la etapa final del Ministerio de Jesús con Sus discípulos, El anunció su muerte a ellos y también Su resurrección. El les preparó proféticamente para los momentos de Su agonía y de Su victoria sobre la muerte. El sabía que humanamente no entenderían, esos acontecimientos sin ayuda de Dios. Por eso también les anunció el favor del Altísimo, enviándoles en su tiempo al Espíritu Santo para guiarles hacia toda verdad y para proveerles de la iluminación necesaria para entender con claridad esos misterios espirituales.
El les anunció: “Os lo enviaré”. Desde luego, El hablaba del Espíritu Santo, a Quien el texto sagrado llama El Consolador. Este término procede del término griego Parakletos, cuyo significado define mucho Su función; Parakletos significa: “otro como yo, llamado a estar cerca de” Jesús define al Espíritu como el Parakletos de la Iglesia  y del creyente, uno co-igual a El; es decir, como El en Dignidad, Majestad y Autoridad, para estar a nuestro lado y a nuestro favor. El término Consolador, también define mucho en el castellano parte de Su función. El Espíritu sería enviado para cumplir una tarea de Consolador; esto es, Su trabajo principal sería el de consolar, animar, fortalecer, guiar y levantar al creyente. Por tal razón, Jesús le dice a Sus discípulos: “Os conviene que yo me vaya; porque sino me fuera, el Consolador no vendría a vosotros”. Por la monumental tarea guía y de consolación interior del Espíritu en cada creyente, era beneficioso la ida de Jesús al padre, la cual abriría milagrosamente la venida del espíritu en cada creyente, era beneficiosamente la venida del Espíritu a cada creyente. El Espíritu Santo entonces, habitaría en el corazón del hombre de fe y le guiaría en su caminar cristiano con éxito.
Esta función de Consolador del Espíritu Santo es maravillosa para nosotros, y realmente, dependemos de ésta para tener victoria como hijos de Dios en la vida. Mas Jesús nos deja marcada otra tarea para el Espíritu del Señor en nosotros, la cual es no menos impresionante que la anterior, esta tarea consiste en enseñarnos todas las cosas. Aleluya.
El Parakleto sería enviado para estar al lado nuestro para consolarnos y ser nuestro ayudador y fortalecedor pero también para ser nuestro Guía, Mentor y Maestro.
Jesús dijo vehementemente a sus discípulos: El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.
La tarea primordial del Espíritu Santo en la Iglesia la podemos definir fundamentalmente como una labor de Consolación y Edificación o Enseñanza.
Una vez que un hombre le abre su corazón a Jesús pidiéndole Su perdón, Su salvación y Su transformación, guiado por el Espíritu Santo; este individuo entra ene el Proceso Divino de la Regeneración y Nuevo Nacimiento. Es el mismo espíritu el que lo convence de pecado y de la necesidad de Jesús como su Salvador; es el mismo Espíritu el que lo hace nacer de nuevo, lo regenera y viene a morar en él:
“Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,
 nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador”.
Tito 3:4-6