quarta-feira, 10 de março de 2010

Mateo 11.28



Jesús nos hace una invitación a poder llegar a donde Él esta, allí al lugar de Su presencia y poner nuestras cargas, nuestras dificultades, luchas, quejas, temores…a su pies.

Vivimos en un mundo alterado, revolucionado, fatigado, cansado de andar y andar y de exigencias sin limites. Un mundo lleno de egoísmo y orgullo. Un mundo donde la Paz y la tranquilidad parecerían ser lejanas utopías para el ser Humano. Un mundo que nos arrastra y nos quiere meter en esta corriente destructora muy bien utilizada por el enemigo.

Viendo el mundo en el cual nos toca vivir, es importante analizar la invitación de Jesús “Venid a mi…”. Jesús nos esta invitando a llegar donde Él esta, a buscarle y encontrarle. Esta que parece ser una simple y muy conocida invitación, es una de las mayores y mejores invitaciones que jamás podamos recibir, estar donde Él esta. Jesús anhela despertar en sus hijos, una pasión, un deseo por buscarle, por estar en su presencia.
Aquí Jesús nos insta ir todos los que estamos cansados. Él sabe, como sabía, que la carga de este mundo es mucha y muy difícil de llevar, y utilizando esta realidad que agobia a toda la humanidad, Él no solo nos da la salida, la respuesta, sino que nos da mucho más que eso, una invitación, un pase, una entrada libre al lugar de Su presencia.
Estar allí, en la búsqueda de Dios, pasando tiempo con Él es lo que nos dará la Paz, y el descanso que nuestra alma hace tiempo esta buscando y necesitando, es allí estando donde Él esta, donde Él pueda quitar todos nuestras cargas, dificultades, temores, fracasos, odios, rencores..y poner a cambio todo lo suyo, Su Paz, Su Amor, Su perdón, Su Misericordia, y así es como nuestras vidas son transformas y mejoradas por Él.

Jesús nos invita, nosotros debemos preocuparnos por responder a su invitación y dejar que Él haga de nuestras vidas, vidas llenas de Paz y Felicidad, pero recuerda, es allí donde Él esta, donde se producen este tipo de Milagros.

Que Dios ponga en su Iglesia un anhelo y una pasión por la búsqueda de Cristo como nunca antes en este tiempo, y veremos como reflejo una Iglesia alegre y llena de vida, y no una Iglesia cargada y cansada.


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